En un plano natural y humano, la música es tan sólo la combinación y armonización de sonidos y silencios; sin embargo, en la esfera espiritual, la música es un vehículo de bendición o maldición para las vidas. A través de la música se pueden impactar, influenciar, incluso trastocar y manipular las emociones y sentidos del hombre pero no por el carácter humano de la música, sino por el carácter espiritual. La música es algo que Dios creó para que se utilizara en glorificarle y honrarle a Él, para alabanza de Su Nombre, y debemos recordar que el responsable y encargado de utilizar la música para glorificar a Dios era el arcángel Luzbel, quien una vez quiso ocupar el trono de Dios, fue lanzado desde los cielos y es quien hoy todos conocemos por satanás. Por lo tanto, si alguien conoce qué tan poderosa es la música es precisamente el diablo, quien seguramente la utilizó para convencer a la tercera parte de los ángeles para que le siguieran en su rebeldía contra Dios.
Si en algo podemos estar de acuerdo, es que satanás siendo experto en la mentira, traición, hurto, etc., es aún más experto en el uso de la música para llevar a la humanidad a alejarse de los propósitos de Dios y practicar la mentira, la rebelión, traición, homicidio, etc.
Sólo como una nota al margen, todos hemos sabido de la influencia que en el mundo cierto tipo de música ha tenido sobre generaciones y generaciones de jóvenes induciéndoles a la rebelión, a la drogadicción, al ocultismo y al suicidio. Todo esto nos lleva a reflexionar, que si en el cielo muy probablemente a través de la música luzbel logró introducir rebelión, traición, etc, en la tercera parte de los ángeles, seguramente también hoy en la actualidad hace esfuerzos para infiltrarse en el cuerpo de Cristo presentando música que aparentemente es cristiana pero que su propósito es inducir rebelión contra la Santidad de Dios.
Hoy en día encontramos una infinidad de música que se denomina cristiana y que llena los estantes de las librerías, los MP3 y celulares de los jóvenes. Sin embargo, debemos advertir que no toda la música que se dice ser cristiana lo es, ni toda la música que se presenta como inspirada por Dios, lo es. Hemos encontrado casos en los que la música del mundo, canciones famosas en el ambiente secular, han sido “cristianizadas”, es decir, se les ha cambiado la letra para que pueda decirse “cristiana” y hoy en día es cantada, comprada y escuchada por muchos miembros de la Iglesias. También encontramos que en nombre del trasfondo cultural de los pueblos, la iglesia se ha abierto a ritmos, cadencias y expresiones musicales que en el mejor de los casos solamente estimulan las pasiones humanas y en el peor de los casos, tienen un origen explícito del reino de los tinieblas. Encontramos letras de música que se denomina cristiana, que no exalta a Dios, que no da gloria a Dios y que no habla de la obra de Dios en la vida del ser humano.
Encontramos incluso letras “cristianas” que se “disfrazan” de letras seculares con la intención de que sea programable en las radios comerciales y de esta manera “ganar almas para Cristo”, letras que si alguien las escucha sin saber quién las interpreta, pensaría que son dedicadas a una mujer, a una relación de pareja o que hablan de una filosofía humanista e idealista, son hablar con claridad del evangelio que es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.
Sin embargo, también tenemos que reconocer que no es fácil a simple vista determinar qué tipo de música es agradable a Dios y cuál no lo es. Siendo este un punto altamente controversial encontramos quienes están a favor, por ejemplo del rock, rap, reggaetón, y quién está en contra; todos con argumentos aparentemente convincentes y sólidos. Unos acusando a otros de libertinaje y otros acusando a unos de religiosos y legalistas.
¿Cómo saber entonces qué música es la que le agrada a Dios? ¿Cómo saber qué debo buscar en las letras y en los ritmos para asegurarme de que le agradan a Dios?
Una forma sencilla y bíblica de encontrar estas respuestas es observando los frutos en nosotros mismos y en los demás de la música que escuchamos. ¿La música que escuchas te lleva a la presencia de Dios o solamente mueve tus pasiones, emociones y sentimientos? ¿La música que escuchas trae sobre ti conciencia de la grandeza, poder y santidad de Dios o provoca solamente un rato agradable, de diversión y de entretenimiento? ¿La música que escuchas trae a tu vida obediencia a Dios, a las autoridades o despierta en ti sentimientos de rebeldía y desobediencia a la autoridad? ¿La música que escuchas trae edificación y bendición a tu vida o solamente es agradable a tu oído y a tus sentidos?
Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos al momento de elegir la música que escuchamos. Los frutos de lo que esa música produce en las vidas es la mejor evidencia de si su origen y destino está en el plano humano y en el peor de los casos, diabólicos.
Si con su música el diablo fascinó y contaminó a la tercera parte de los ángeles del cielo ¿es descabellado pensar que esté intentando lo mismo en la iglesia?
definitivamente la musica es un concepto celestial
ResponderEliminarsinembargo podemos decir entonces que ritmo es diabolico o espiritual, o solo podemos usar la letra que se ha escrito en canciones denomidadas cristianas para pesarlas segun nuestro discernimiento, y calificar asi la la obra de dicho artista como destructiva o no?....
muy bueno
ResponderEliminarMe parece que debemos dejar atraz el pasado, mi mudica era el rock y no estaba abierta a otros generos pero ahora puedo ver que la gente tiene derecho a esccuchar lo que le gusta pero creo que lo principal es que alabemos a Dios con la musica que para eso fue creada...
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